Beth y Tom llevan una buena vida desde que se mudaron al pueblo desde Londres. Beth tiene su propio negocio y están criando a su hija Poppy en un entorno seguro, lejos del bullicio y los peligros de la ciudad. En Lower Tew Beth regenta una coqueta cafetería en la que mientras tomas algo caliente puedes decorar objetos de cerámica y Tom viaja en tren hasta Londres todos los días donde trabaja como administrador de carteras financieras. La pareja no tiene una vida social muy animada, aunque Beth piensa que Tom terminará por abrirse a los vecinos y tiene expectativas de organizar alguna reunión en casa. Aún así, son la envidia de todos. Su relación, su casa, su hija y su vida son perfectas.
Cuando una noche la policía llama a la puerta de Beth preguntando por su marido todo comienza a desmoronarse. Pronto descubrirá que Tom está siendo investigado por asesinato y la vida que ambos habían proyectado para su pequeña familia deja de ser un futuro probable. ¿Es Tom culpable? ¿Puede ella haber estado viviendo con un asesino y no haberse dado cuenta?
La autora ha elaborado una ficción en la que los protagonistas esconden muchos secretos. La propia Beth tiene los suyos y tendremos que esperar a que decida contárnoslos al final, mientras que elaboramos mil y una teorías y nos rendimos a las especulaciones. El ritmo de la novela es ágil lo que, unido a los capítulos cortos y directos, hace que devoremos el libro sin darnos cuenta.
La mujer del serial killer es un thriller que mantiene la tensión a lo largo de toda la narración. Los diferentes puntos de vista (conoceremos el de Tom y el Beth por separado) y algún que otro salto en el tiempo para contarnos qué fue lo que hicieron tiempo atrás, ofrecen al lector la posibilidad de descubrir la verdad, incluyendo más de una sorpresa y un doble giro final de impacto.
Recomendado para los amantes del thriller, que disfrutan de historias que avanzan trepidantes y ofrecen personajes con luces y muchas sombras.
Alice Hunter es licenciada en Psicología y colabora desde hace mucho tiempo en programas de rehabilitación en centros penitenciarios. Su labor profesional y el contacto diario con presidiarios culpables de cometer crímenes violentos fueron la principal inspiración para su este debut con el que alcanzó los primeros puestos en las listas de ventas del Reino Unido.