Si Estudio en negro nos descubría al Señor X y su particular genialidad para desentrañar los más retorcidos misterios, en El signo de los diez José Carlos Somoza da una vuelta de tuerca al personaje y nos sumerge aún más en una Inglaterra de finales del XIX en la que el teatro es un arma poderosa capaz de provocar en el espectador sentimientos, deseos y conductas ajenas a su voluntad.
"La escena que más me impresionaba de toda Alicia era esa en la que la niña entra en el país de las maravillas cayendo por un pozo. ¿Por qué nos atemoriza tanto descender
y, en cambio, ansiamos volar?"
Josá Carlos Somoza, El signo de los diez
La aparición de Charles Dodgson, amigo del Señor X y autor del cuento Alicia en el País de las Maravillas bajo el pseudónimo de Lewis Carroll, viene provocada por unas pesadillas proféticas que se van cumpliendo para horror del matemático y escritor que pide ayuda al Señor X para descubrir la verdad tras estos sucesos con el fin de evitar las muertes que anuncian. Los personajes de su popular cuento le atormentan en sueños y cuando las muertes anunciadas se suceden, el terror consume a su creador sumiéndolo en la desesperación. El Señor X y el propio Dodgson orquestan, junto a alienistas y expertos, la celebración de un teatro mental clínico con el que se espera poder llegar al origen de las pesadillas del matemático, pero los hechos que se van a precipitar sobre los personajes y que tendrán lugar en el propio sanatorio van a dar más de una sorpresa al lector. Las intrigas se suceden unas tras otras a un ritmo que va en aumento a medida que nos acercamos a un final que nos deja con muchas ganas de descubrir la tercera entrega.
La voz de Anne McCarey se consolida como una narradora potente desde dentro. Espectadora y partícipe de la historia, será la encargada de llevarnos al mismo centro de la acción. Permanece junto al Señor X como su enfermera personal, dedicada exclusivamente a su cuidado y así es como ambos regresarán a la residencia para caballeros de Southsea donde se conocieron. En esta novela la relación entre Anne y el Señor X está mucho más desarrollada. Ambos han aprendido a conocerse y, aunque a cualquier otra persona le cuesta entender las palabras, gestos y actitudes del Señor X, ella ha logrado aproximarse al interior de este extraño ser que el autor se esfuerza por presentarnos como perturbador y extraño en su apariencia física y oscuro e intrigante a la hora de expresarse. Pero es su agudeza mental, enmarañada en lo que parece locura, aquello que lo convierte en un genio.
"Porque estoy loco. Los locos nos anticipamos a los sucesos. Por eso nos consideran locos, porque aún no han sucedido las cosas que decimos. Los cuerdos llegan después y hacen la autopsia. Estar cuerdo no es más que llegar tarde a lo que anunciaba el loco".
José Carlos Somoza, El signo de los diez
Los teatros mentales, la locura, la genialidad y los personajes con dobleces dominan una novela que atraviesa géneros. Desde el thriller, la novela negra, el terror y el misterio, Somoza nos demuestra de nuevo que, tras una trayectoria literaria de casi tres décadas, sigue siendo un autor revolucionario, de impacto, que crea tramas elaboradas y perturbadoras capaces de atrapar y maravillar a todo tipo de lectores.
José Carlos Somoza nació el 13 de noviembre de 1959 en La Habana, pero llegó a España junto a su familia el año siguiente. En 1994 conseguía su título de psiquiatría, que apenas llegó a ejercer y se dedicó por completo a la literatura. Con su quinta novela larga, La caverna de las ideas, ganó el el Premio The Macallan Gold Dagger For Fiction 2002, otorgado por la Asociación de Escritores de Misterio del Reino Unido. Colecciona el autor una larga lista de premios y novelas. Entre ellas, destacaría La llave del abismo, Zig Zag, La cuarta señal, El Cebo, Croatoan y La dama número trece, llevada al cine bajo la dirección de Jaume Balagueró con el título de Musa.
