Estela nos pide paciencia, nos riñe incluso porque queremos saber demasiado pronto cómo tiene lugar esa muerte y debemos conocer todo lo ocurrido antes para entender (si es que es posible) ese final. Una perra callejera que aparece de repente, unas ratas que parecen haber anidado en la casa y a las que hay que exterminar con veneno, el secreto que esconde el marido y que termina por confesar a Estela, la condescendencia con la que la tratan, una pistola... Todo tiene un significado, un papel en la historia. Todo es relevante y por eso Estela se empeña en que la escuchemos, en que conozcamos los detalles, en que lleguemos al final habiendo pasado por todo lo que acontece antes.
Hay una tensión que late en cada página. Pequeños hechos cotidianos que parecen no tener importancia pero que unidos y correlativos nos generan una desazón constante. La relación del matrimonio entre ellos y con Estela, la clara alusión a la diferencia de clases, esa niña que crece desarrollando una ansiedad infantil y un comportamiento, en ocasiones, inapropiado o incluso perverso... Todas y cada una de las aristas de esta historia, de los temas que subyacen como un poso silencioso al paso de la narración, son un microcosmos. Despiertan reflexiones en el lector y nos obligan a mirar la composición completa de una historia que presenta más tragedias que la obvia.
La historia de Estela desgarra, avanza poco a poco y nos va atrapando sin que nos demos cuenta hasta que es demasiado tarde; no podemos parar de leer. El relato de la protagonista es absorbente, su tono es hipnótico y las interpelaciones que hace al lector son muy acertadas. Asistimos a lo inquietante del desarrollo de los acontecimientos con la certeza de que somos espectadores de algo terrible pero no podemos apartar la vista.
Me ha encantado este libro. Se ha convertido en una de mis mejores lecturas y no he dejado de recomendarlo desde que lo empecé. Impactante, absorbente y sobrecogedor en su desenlace.
Alia Trabucco Zerán nació en Santiago de Chile en 1983 y estudió Derecho en la Universidad de Chile, un máster en Escritura Creativa en la Universidad de Nueva York y un doctorado en Literatura Hispanoamericana en el University College London. Con La resta (2015) fue finalista del Man Booker International y le valió el Premio Mejor Novela Inédita del Ministerio de las Culturas de Chile, galardón que volvió a obtener con Limpia, su última novela, cuyos derechos fueron vendidos a catorce países antes de su publicación en español. En el 2022 se le otorgó el Premio Seghers por su trayectoria literaria. Lumen publicó también Las homicidas en 2019.
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