jueves, 21 de abril de 2016

VIDA Y MUERTE. Crepúsculo Reinterpretado (Stephenie Meyer)



Casi sobran las presentaciones en cuanto a esta novela. Es la reinterpretación que, con motivo del décimo aniversario del lanzamiento de Crepúsculo, Stephenie Meyer ha realizado a partir de la misma. 

En el preámbulo, Meyer hace una explicación (o más bien una justificación) del por qué reescribir esta historia, que debemos reconocer que ha sido un hito en la literatura de nuestro tiempo. ¿Por qué entonces recoger un relato ya concluso (por más que los fans lo echen de menos)?

"Ya sabes que siempre han censurado mucho a Bella por ser en muchas ocasiones demasiado timorata, y la gente suele quejarse de que es la típica -damisela en apuros-. (...) También se la ha criticado por estar demasiado obsesionada con el objeto de su amor como si, de alguna manera, eso fuera solo cosa de chicas."

Stephenie Meyer, Vida y Muerte (Preámbulo)


Creo que esta corriente que desvirtúa o critica el papel de la protagonista original está absolutamente equivocada y además se apoya en unos estereotipos que proyectan sobre esta historia y que personalmente no veo por ninguna parte. ¿Realmente es Bella una dama en apuros? 

Seamos razonables; Bella es una adolescente que descubre que el horizonte está mucho más lejos de lo que ella creía y que coexiste con especies que atribuía solo a las leyendas. Concédanle el derecho al estado de shock. Pero es que ni aún así. Porque, ¿cuándo ejerce el papel de dama en apuros? Es ella la que le salva a él. Y no solo una vez. Y eso aún siendo humana. Porque tal y como recordarán los que hayan leído esta saga, una vez Bella deja de ser humana, es el eje central de la estrategia que les lleva al final feliz. 

El personaje femenino no solo no sale huyendo, sino que se enfrenta a cada uno de los conflictos con una osadía más que notable. Y es que la valentía no solo reside en la lucha o en el arte de la guerra. Y no solo es valiente el personaje diestro en artes bélicas. Bella fue un personaje valiente. Se enfrentó a un conflicto interno profundo y tomó decisiones basadas en sus principios. Eso, es valor. 

Tal vez sea aún más machista querer ver debilidad en el personaje femenino pese a todo e ignorar los hechos que le confieren una personalidad propia. Porque como especie, él puede ser más fuerte, pero moralmente es ella la que lleva el peso de la trama. 

No pretendo hacer una defensa fanática del personaje. Solo pongo encima de la mesa lo que creo que han ignorado los sectores que critican su papel. 


Partiendo de esta reflexión, no he visto necesario este intercambio de roles en la reinterpretación. Pero la he leído con atención tomándola como una historia nueva y enfocándola desde una perspectiva abierta.

Sin duda, en cuanto al final, era otra posibilidad que podía haberse dado en la historia original. La forma en la que se cierran todos los cabos sueltos respecto a la vida de Beau es drástica, pero supongo que se debe también a que este volumen no iba a tener continuación y requería un cierre completo. La sensación que me transmite a mí es la de un final a la carrera, matando todos los pájaros de un tiro y resolviendo de golpe. 

En cuanto al desarrollo, no hay mucha novedad. Pero en mi opinión, si quería no dejar dudas respecto al machismo y alejar ese concepto de la obra, no está del todo logrado. Se hace una referencia exagerada a la belleza de Edythe Cullen. Casi en cada página. Creo que somos todos lectores avezados ya y con una vez que nos la describan, somos capaces de hacernos una idea de su sobrenatural belleza. Casi nos perdemos el resto de rasgos de su personalidad, ocultos entre tanto alarde de perfección física. Creo que en la novela original, fuimos capaces de profundizar mucho más en el personaje de Eduard, que gozaba de más matices que Edythe. 

Algunos han echado en falta el papel de Alice, encarnado en esta reinterpretación por Archie. Es cierto que la complicidad entre Bella y Alice nace casi desde el principio y que su amistad profundiza más que la de Beau y Archie. Pero también se fragua en 4 tomos y aquí disponemos de únicamente una novela. Si somos justos, Archie cumple su función. Y sí, a mí también me gustó más Alice. 


Resulta complejo tener que reinventar toda una historia con un cambio de roles tan extenso. Aunque solo hayan jugado con los géneros, conociendo la trama original y habernos enfrascado tan profundamente en el conocimiento de todo el reparto, releer la novela con estas modificaciones supone un esfuerzo añadido para el lector. Por eso hay que tomarla desde un punto de vista nuevo, tratando de evitar comparaciones constantes de situaciones y diálogos. 

¿Recomiendo su lectura? Sí. A los que disfrutaron con la saga les dará una dosis extra que no esperaban después de tanto tiempo y a los que no la leyeron podrán disfrutar de su lectura desde la inocencia de imaginar desde cero. Su lectura no se me hizo aburrida ni tediosa porque partes de la promesa de un final diferente y la curiosidad termina pesando más. Pero también es justo decir que la calidad literaria de Crepúsculo, en su versión original, era mucho mayor a la que Meyer nos trae en Vida y Muerte

Viene acompañada de la historia original en una edición dual. Por un lado puedes leer Vida y Muerte y por el otro Crepúsculo. Esto ha molestado a muchos lectores que ya habían adquirido la saga y la tenían en la estantería. En mi caso, no me ha importunado comprarla así porque leí la saga en formato electrónico. Pero entiendo que con la excusa de presentar una edición aniversario, incluir las dos y subir un poco el precio es una estrategia de marketing como otra cualquiera. 





lunes, 11 de abril de 2016

ESTA NOCHE MORIRÉ (Fernando Marías)



Aunque esta novela se publicó por primera vez en 1996, no ha sido hasta su edición aniversario llevada a cabo por Alrevés Editores, cuando ha caído en mis manos y no he podido resistirme a la promesa de una trama trepidante y una venganza que, esta vez sí, se sirve fría. 

Fernando Marías, nos presenta una historia en forma epistolar. Una extensa carta dirigida a Delmar, comisario que llevó a cabo la detención del emisor, Corman, un delincuente que además perteneció a una misteriosa Corporación, de la cual se desvelará su misión a lo largo de la novela. 

Corman no perdonará nunca que se le privara de su libertad y usará todos los recursos a su alcance, para que Delmar pague el precio que el mafioso considera justo por el agravio cometido contra él. 

Sobrecoge la horrible planificación y ejecución perfecta de un plan, cocinado durante 16 años que tiene un calculado final como colofón. 

"En primer lugar, voy a darle aquello por lo que luchó inútilmente tanto tiempo: una confesión de mi vida criminal. Léala con atención aunque no la comprenda en su totalidad. Su lectura le mostrará la verdadera magnitud de mi profesión, condición necesaria para que dé absoluto crédito a lo que vendrá después: la narración precisa de los complejos pasos de mi venganza, que culminará muchos años después de mi muerte con este papel. Porque cuando termine de leerlo, al filo de la medianoche del 24 de diciembre de 1990, usted se matará, Delmar. Irremediablemente, llevado de la misma amargura que guió mi decisión, usted se suicidará."

 Fernando Marías, Esta noche moriré


La lectura casi no permite el descanso. El relato es tan intenso que resulta muy difícil aparcarlo para más tarde. Fernando Marías crea en el lector la necesidad de descubrir qué sucederá al final, pero también cómo va a conseguir Corman aquel final que persigue y que vaticina sin resquicio de duda.

No hay que olvidarse de la trama secundaria, La Corporación, a la que pertenecía Corman y que facilita los instrumentos necesarios para la venganza. La idea es atractiva por sí sola y constituye ya un clásico dentro de las teorías de la conspiración más elaboradas. Su funcionamiento y fines son tan oscuros como creíbles. Sin artificios superfluos se presenta ante nosotros uno de esos misterios que tan solo por su realismo y lo poco que requiere que lo creamos, impacta de una forma magistral.

No sería justo para el lector desvelar nada más sobre los acontecimientos que se suceden. Únicamente puedo avanzar que no defrauda. Para aquellos que, como yo, no hubieran leído esta novela antes, es más que recomendable ya no solo leerla, sino hacerse con un ejemplar para su biblioteca. Merece la pena porque además de ofrecer una lectura más que interesante, supone una definición perfecta del concepto de venganza, como pocos escritores han conseguido. Fernando Marías ha destilado el rencor, el odio y toda oscuridad asociada y nos entrega el resultado en frasco pequeño, como toda buena esencia.


Fernando Marías (Bilbao, 1958), recibió en 2015 el Premio Biblioteca Breve con su obra La isla del padre. Con su novela Cielo abajo, dirigida al público juvenil, consiguió el Premio Anaya 2005 y Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2006. Entre sus obras más destacadas en este ámbito se encuentran también Zara y el librero de Bagdad (Premio Gran Angular 2008) y El silencio se mueve.

La luz prodigiosa fue adaptada por él mismo y llevada al cine bajo la dirección de Miguel Hermoso en 2002, con gran acogida y reconocimientos internacionales. Además, en 2012, Daniel Calparsoro llevó al cine otra de sus obras; Invasor.

No podemos hablar de Fernando Marías sin hacer referencia a Hijos de Mary Shelley, plataforma de la que es impulsor junto a otros escritores, artistas y creadores y de la que emergen creaciones relacionadas con la literatura, la fotografía y el teatro.