sábado, 26 de agosto de 2017

Bilogía: LA MAGIA DE SER SOFÍA / LA MAGIA DE SER NOSOTROS (Elísabet Benavent)


Sí, yo también he leído esta bilogía que llamaba tanto la atención en la librería por su impecable edición y lo acertado en la elección de sus colores. No me resulta novedoso, pues con la anterior novela de Benavent, Mi isla, ya me di cuenta de que buen gusto a la hora de editar, tiene.

Pero vamos a sentarnos un poco y a hablar de esta bilogía por algo más que por su estética. Hablemos de la historia, intentando no azotar con spoilers a las lectoras y lectores que no la hayan podido leer aún y lo deseen. 


En La magia de ser Sofía, se nos presenta muy bien al personaje protagonista y además se nos da ya una historia de amor truculento y varios dramas para entretenimiento del lector o lectora amante de la novela rosa contemporánea. 

Sofía es una joven (porque estar en la treintena la hace joven aún), que tiene un trabajo de esos que en la vida real no suele resultar tan atractivo, pero que en la novela es maravilloso. Sirve cafés en una cafetería (con encanto) de Madrid. Pero su entusiasmo y el cariño que pone en su trabajo hacen que lo haga como nadie y que además disfrute de ello. Es en El Café de Alejandría donde su destino se cruzará con el de Héctor. Y es que cuando Héctor entra en la cafetería, el mundo de Sofía se detiene.

Héctor es guapo. Por supuesto. Nos damos cuenta porque la autora nos insiste en ello muchas veces, así que ya lo he dicho yo también para que quede constancia. Y Sofía... Bueno, Sofía es tan normal y nos dicen tantas veces que es normal, con tantos defectos, que no sé si sentirme halagada por ser normal como ella o especial por que el hecho de ser normal merezca tanta insistencia narrativa.

"Yo me veía sexi con un escote y unos pantalones apretados y no me pasaba el día quejándome de mi talla o culpando al tamaño de mi culo o al de mis jamones por las cosas que me sucedían... o que no me sucedían."
Elísabet Benavent, La magia de ser Sofía

"Yo sé que Sofía... no es que tuviera complejos, pero se sentía menos cómoda con algunas de sus características físicas. Todos tenemos estas cosas. Le incomodaba «ocupar más tamaño», tomando prestadas sus propias palabras. Aunque debo admitir que tampoco parecía que le torturara demasiado porque... era verdad, en el fondo... ¿qué más daba?"
Elísabet Benavent, La magia de ser Sofía

Pero Héctor tiene novia. De toda la vida, además. Y aunque está lejos, en Ginebra, ambos tienen una vida ya muy definida como pareja y planes de futuro.


Por supuesto, no es ningún secreto, Sofía y Héctor se enamoran. Y es aquí donde empiezan todos los problemas. Porque él debe decidir si Sofía realmente significa para él tanto como para hacer un corte profundo en su vida personal y empezar una relación con ella... o no. Entre ellos surge eso a lo que Benavent ha llamado "magia" y que no es más que un amor tan perfecto que da miedo. 

Sofía es mágica para Héctor. Desprende purpurina y le resulta tan perfecta (en su imperfección) que le provoca sentimientos desconocidos para él hasta la fecha. Y Héctor tiene tanto encanto que Sofía se pierde por él con rapidez. 

Aunque por supuesto se empeñan en repetir que Sofía no es el tipo de chica por la que nunca hubiera pensado Héctor que se pillaría. Porque no es perfecta (sí, otra vez). Como he dicho antes... insisten tanto en ello, que no sé si tomármelo como algo insultante. 

"Nunca pensé que pudiera engañarla pero si me hubieran obligado a ponerme en el caso, hubiera creído que lo haría con alguien de su misma complexión. Quizá alguien más pizpireta o seductora. Nunca alguien como Sofía."
Elísabet Benavent, La magia de ser Sofía

La relación entre los dos se vuelve de un tono rosa fucsia, aunque el futuro es bastante incierto y Sofía pasará momentos amargos en el transcurso de ese tiempo en que Héctor debe tomar una decisión y ejecutarla para poder estar juntos.


Para no destripar demasiado de la trama, os diré que la primera entrega de la bilogía gira entorno al nacimiento de esa relación y a la consumación del drama que dará lugar a la existencia de una segunda entrega, caracterizada por el sufrir de los protagonistas.

Creo que Elísabet Benavent tiene una capacidad enorme de transmitir sentimientos y sensaciones reales, de esos que cualquiera puede haber experimentado y que ella narra de una forma especial que consigue llegarte a lo más profundo. A ese sitio al que no quieres ir nunca porque hace daño, pero al que ella te lleva y te trae sin piedad. Hay que darle la enhorabuena por ello. Lo hace muy bien.

No obstante, creo que los personajes de esta bilogía son unos sufridores dolientes permanentemente, en ocasiones sin sentido. A Sofía le gusta demasiado un buen drama y si no le llega por destino, se lo fabrica sin pensar. Es un personaje carismático y fuerte, que se empeña en tomar sus propias decisiones y que en líneas generales supera a la media en lo que a personajes femeninos de novela romántica contemporánea se refiere. Pero incluye un toque de melodrama que a mi parecer, cruza la línea de lo desesperante.

"Estado general: lamentable. Sin entrar en detalles de aspecto, higiene, ánimo ni salud mental. Lamentable. (...) Así que después de abrir la ventana iba a la cocina, cogía lo primero que pillaba con pinta de ser comestible y me lo llevaba a la cama, donde me lo comía debajo de la colcha. Mi cama empezó a tener más migas que palomitas en el suelo de un cine después de una sesión. Pero me daba igual. La salubridad de mi dormitorio no estaba entre mis prioridades."
Elísabet Benavent, La magia de ser nosotros


Héctor es un coprotagonista decente. No demasiado fuerte, pero que aguanta el papel con dignidad y deja las riendas a Sofía. Aunque las tome en algún momento concreto para decidir sobre su destino personal, en lo que se refiere a su relación con la protagonista, le falta un poco de sangre en las venas en ocasiones. Un golpe en la mesa ante una Sofía empeñada en el dolor, no habría estado de más.

No quiero pasar de largo el detalle de que cada novela que publica Benavent, sube un poco más el tono. Está haciendo funambulismo en la línea de lo erótico para no dejar de tropezar en demasiados capítulos hacia lo pornográfico. A riesgo de parecer remilgada... a mí hay detalles húmedos que me sobran en la narración. No me deja imaginar nada. Me lo planta delante sin más. Cuidado, Elísabet.

Una mención especial al elenco de secundarios. Porque se lo merecen. El entorno de Sofía tiene en ocasiones hasta más magia que ella. Oliver es un muy buen secundario. Con un mundo interno y una trayectoria muy interesante. Todos y todas hemos conocido alguna vez un Oliver. Un sobrado con corazón que ni él sabe que tiene. Es el amigo perfecto y lo demuestra en numerosas situaciones. Opino que Elísabet acierta al presentar su historia de telón de fondo en la novela. Sobre todo en la segunda parte, cuando todo lo demás parece que se le va de las manos a la autora y agradecemos un poco de aire con la historia de Oliver.

Mamen (madrastra de Sofía) y Abel (compañero de trabajo) son el contrapunto de una historia que se abre a la intervención de este grupo para dar un toque de color y desaturarnos del azúcar de Sofía y su amor mágico. Con diálogos que despiertan más de una sonrisa y una lealtad de esas que todos queremos en nuestro grupo de amigos más cercanos.


Estoy aún indecisa respecto a si me gusta el epílogo. Me parece un guiño interesante y curioso... pero no sé por qué... me hizo torcer el gesto. Es como si Benavent hubiera sospechado que algo se quedaba cojo y llamara pidiendo refuerzos. Os dejo que lo descubráis.

Hay que ser justa y decir que Elísabet Benavent es una autora que siempre despierta interés en el mundo de las librerías y entre las lectoras y lectores. Sus libros (de los que no puedo hablar demasiado porque solo he leído esta bilogía y Mi isla), tienen en líneas generales unas buenas críticas y llegan al público. Pero ya en mi reseña sobre Mi isla hice mención al detalle de que sus personajes llevan a la desesperación al lector. Y con esta bilogía, me reafirmo. Considero que en ocasiones, los personajes de Benavent tienden a la búsqueda del sufrimiento y hacen complicado lo que no lo es tanto. Cierto que en la vida real sucede con frecuencia y que puede despertar empatía en el lector... Pero hasta cierto punto. Con un límite.

¿Recomendada? Sí, si eres un lector o lectora a quien estas historias de amor contemporáneas con lenguaje desenfadado y poca sorpresa te gustan o te entretienen. Si buscas sentimientos en carne viva y personajes que sufren. Estoy segura de que encaja perfectamente en lo que suelen definir como "lectura de verano". Aunque a mi parecer, si estas historias te enganchan, no importa la época del año.

Personalmente, se me atascó un poco la segunda parte. Ya me resultaba demasiado evidente cómo iba a rematar la historia la autora y cuando tengo muy claro el final, se me van quitando las ganas a golpe de página. Los lectores nos estamos volviendo exigentes. Sobre todo los que leemos mucho. Buscamos lo inesperado, que nos sorprendan, que nos azoten con la incredulidad y que nos lleven donde nunca esperábamos que fuéramos a ir. Si es eso lo que buscas... no creo que lo encuentres en esta bilogía.

Por supuesto, por si todo esto ha despertado tu interés, aquí encontrarás las primeras páginas que siempre nos cede la editorial.


Elísabet Benavent (@Betacoqueta) está licenciada en Comunicación Audiovisual y tiene un Máster en Comunicación y Arte. Es autora de varias novelas, entre las que destacan la Saga Valeria  y la Saga Silvia. Además, podéis seguirla en su blog betacoqueta.com.