Tanto si ya conoces la figura de Amelia Earhart como si no, este libro es para ti.
Como apasionada de la aviación, la historia de Amelia siempre me ha resultado atrayente, a la vez que muy triste. Pero ninguna biografía o artículo está a la altura de sus propias notas y ninguna biografía te aproximará tanto a ella como lo hace esta recopilación de sus diarios.
"Supe inmediatamente, suspendida a sesenta o noventa metros del suelo, que iba a ser aviadora. Estoy segura de que mi madre supo incluso antes que yo lo importante que serían los aviones para mí, puesto que me ayudó a comprar el primero".
Amelia Earhart, El último vuelo
Me ha atrapado la forma en la que Amelia narra desde sus orígenes hasta las distintas etapas de sus hazañas como aviadora. La descripción de los paisajes que tiene el privilegio de ver desde una perspectiva reservada a muy pocos en la época, las sensaciones que la invaden al sobrevolar el océano en plena noche, la minuciosa preparación de cada vuelo... Incluso los detalles más técnicos están contados de una forma que se hace una lectura ligera, ágil, amena.
Las notas de Amelia nos descubren no solo a una mujer adelantada a su tiempo respecto a sus logros como aviadora, sino una mujer que pensaba (y mucho) en la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. A Amelia le preocupaba que ellas, teniendo capacidades y destreza para dedicarse a otros oficios en ese momento reservados a los hombres, no tuvieran oportunidad de desarrollarse nunca en estos campos. Tenía grandes planes para aportar su granito de arena en la solución de esta situación y habría sido increíble llegar a ver qué habría sido capaz de conseguir.
"Una de las preguntas más habituales ha sido «¿Por qué intenta usted este vuelo alrededor del mundo"». Y la respuesta que merece ser registrada aquí es: «Porque quiero». Esta es la respuesta más extensa que fui capaz de dar. Se trataba de una aventura apasionante que me aportaría nuevas experiencias y un mayor conocimiento del arte de volar, de la gente y de mí misma".
Amelia Earhart, El último vuelo
Este es un libro breve, pues el material con el que se cuenta no es demasiado extenso, pero es una lectura más que recomendada para todo tipo de público independientemente del género que el lector suela frecuentar. Es un libro que se lee muy rápido, que no se atasca en ningún momento y que nos aproxima a una figura de la historia que lamentablemente está muy olvidada.
Os va a gustar porque además Amelia tenía una pluma fresca, que destila un humor muy sutil pero eficaz y aunque sepamos el final de su historia, merece ser leída de su puño y letra.
Quiero agradecer a la
Escuela de Pilotos La Montaña que me recibieran con los brazos abiertos en sus instalaciones para hacer las increíbles fotos y vídeos que acompañan a esta reseña y que podéis ver aquí y en el perfil de
Instagram de La Copela. El jefe de vuelos,
Santiago Reig Martínez, fue muy amable explicándome un buen puñado de detalles sobre los ultraligeros y me llevó a sobrevolar las nubes como homenaje a esta increíble mujer que fue Amelia Earhart. Gracias a él, no solo viví una experiencia inolvidable, sino que además pude recoger un material impagable para compartir con todos vosotros y que espero que sirva para que os animéis a leer esta historia real protagonizada por
el valor de una mujer que se atrevió a soñar con llegar siempre más lejos.
No dejéis pasar la oportunidad de visitar la página web de la escuela de pilotos
aquí y
seguirles en Instagram para informaros de cómo podéis
cumplir el sueño de ser pilotos por un día. La experiencia merece muchísimo la pena.
Amelia Earhart nació en Atchison, Kansas, el 24 de julio de 1897, y desapareció el 2 de julio de 1937. Profesora, conferenciante y pionera de la aviación estadounidense, fue una de las primeras en promover los viajes aéreos comerciales y tuvo un papel fundamental en la formación de The Ninety-Nines, una organización para mujeres pilotos. Publicó dos libros en los que relata sus experiencias como piloto: 20 horas 40 minutos (1928) y Por el placer de hacerlo (1932). El último vuelo se publicó el mismo año de su desaparición, en 1937. Fue declarada muerta el 5 de enero de 1939.
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