Los padres de Elsa la subestimaron siempre. Con veinticinco años aún no se ha casado y parece que su futuro está escrito; cuidará de sus padres hasta que mueran y vivirá sola en la casa familiar. Al contrario que sus hermanas, que ya están ambas casadas y viven con sus respectivos maridos, Elsa no ha encontrado a nadie con quien compartir su vida. Sus padres no es que confíen demasiado en que lo haga, pues se empeñan en destacar aspectos negativos de su físico y aluden constantemente a una salud débil devenida de una enfermedad en la infancia, pero que Elsa no considera que le esté afectando en el presente.
"El amor es lo que permanece cuando todo lo demás ha desaparecido".
Christin Hannah, Los cuatro vientos
Elsa está cansada de la vida que sus padres organizan para ella. Tiene anhelos propios y no soporta la idea de que esté todo perdido para ella. Los libros son una ventana desde la que se evade del insulso paso del tiempo, pero desde donde contempla además otro tipo de existencia al que le gustaría aspirar. Un deseo de cambio, de ir contracorriente y de forjarse un destino distinto al que ven sus padres para ella, es lo que precipitará el acontecimiento que lo cambiará todo. Elsa dejará de ser quien es para convertirse en una persona completamente diferente. Si en lo que se convertirá es lo que ella esperaba o no, lo descubriréis a lo largo de la novela.
Para comprender del todo esta historia hay que conocer el periodo en el que la autora la ha contextualizado. La novela comienza en 1921 y, aunque pasa de puntillas por esa década, sí que abarca toda la década de los treinta. Se ubica en Estados Unidos, concretamente Elsa vive en el extremo norte de Texas, en Dalhart. Esta zona será una de las más afectadas por las consecuencias de un periodo de sequías que causó un movimiento migratorio sin precedentes y más de cinco millones de muertos por la hambruna. Los habitantes de estas zonas, agricultores y granjeros, vieron desaparecer las cosechas, de las que se despedirían durante años. El ganado moría de hambre y sed, al igual que las personas. El suelo, privado de humedad y de raíces, se levantaba con el viento en enormes nubes de polvo que provocaban tormentas de arena tan intensas y frecuentes como para hacer enfermar a una población ya golpeada por la miseria y la precariedad.
"Entonces las lluvias se espaciaron y desaparecieron. Sequía".
Christin Hannah, Los cuatro vientos
Todo lo que tiene Elsa en 1934 depende de aquellas tierras, de la granja. Es el hogar que ha encontrado tras tanto tiempo sintiendo que no pertenecía a ningún lugar. Allí está su nueva familia y es donde se cobijan todas las esperanzas de futuro. Pero la sequía amenaza su forma de vida, su sustento. El calor, sumado a las más duras y crueles necesidades, va a suponer un reto al que enfrentarse cada día. Todo esto en medio de un clima más que complejo en cuanto a relaciones personales que mantienen a la protagonista sumida en un discreto dolor que estremece al lector desde el principio.
Las dificultades se acrecientan a medida que transcurren los años y Elsa tendrá que enfrentarse a la decisión de si abandonar todo cuanto tiene y partir a California, donde otros aseguran haber encontrado la salvación, o permanecer firme y sobrevivir en su tierra. De nuevo, acontecimientos inesperados llevarán a la protagonista al borde del abismo y prácticamente decidirán por ella.
Impresionante, altamente conmovedora y magistralmente contextualizada es la historia que Kristin Hannah nos narra en Los cuatro vientos. En esta reseña no voy a dar detalles de lo que le ocurre a la protagonista, ni a desentrañar líneas de la trama. Es esencial para conservar la mejor experiencia de lectura que sea el lector quien descubra todo esto poco a poco, al ritmo que la autora ha marcado y que me parece perfecto.
"La clave para sobrevivir a aquel calor seco era racionarlo todo: el agua, la comida, las emociones. Esto último era lo más difícil".
Christin Hannah, Los cuatro vientos
Únicamente diré que es de lectura obligada. Me quedo con cómo Hannah ha creado un personaje inolvidable, tangible, con una imperfección digna de convertirla en real, con esa forma de permanecer agazapada aún estando cargada de fuerza. No voy a olvidar la tenacidad de los granjeros, su paciencia y la pasión con la que no quieren alejarse de ese pedazo de tierra de la que tanto les ha costado adueñarse. Mención especial para la destreza de la autora a la hora de plasmar las relaciones entre madres e hijos, cruzando las voces de los personajes y poniendo el foco en los más íntimos sentimientos de ambos. Imposible pasar por alto la crudeza de la historia, sobrecogedora, capaz de remover al lector en lo más profundo, de emocionarle y de atraparle en unas páginas que no querrá que acaben nunca.
Los cuatro vientos es una novela ambientada en uno de los periodos más desalentadores de la historia, pero sin embargo se lee con una esperanza constante y creciente. La autora ha elegido el marco perfecto para que sus personajes crezcan, nos sorprendan y nos hagan sufrir a la vez que somos conscientes de estar disfrutando de una de las mejores lecturas del año.
Kristin Hannah es autora de los bestsellers El ruiseñor y Volverás a Alaska, Ambas fueron reconocidas como Mejor Novela Histórica por Goodreads. Otra de sus novelas, El baile de las luciérnagas, es ya una exitosa serie de Netflix, mientras que El ruiseñor está siendo adaptada al cine. Autora de más de veinte novelas de éxito, Kristin Hannah estudió Derecho antes de dedicarse por completo a la literatura.
Completamente de acuerdo, una gran lectura que a pesar de estar ambientada en una época tan mala no es muy conocida, además a pesar de la crudeza nos deja hueco para la esperanza. Besos
ResponderEliminar¡Hola, Álvaro!
EliminarSí, realmente la autora ha sabido combinar toda esa crudeza con un poco de esperanza y el resultado no puede ser mejor. Sin duda, una de las mejores lecturas del año.
¡Gracias por la visita!