La detective Lillian Pentecost es una investigadora de prestigio en la ciudad de Nueva York de los años cuarenta. Tiene sus más y sus menos con la policía de la ciudad, en concreto con el teniente Lazenby, pero siempre encuentra el resquicio necesario para hacer su trabajo. La detective tiene una innegable capacidad para resolver enigmas y no se le resiste ningún caso, pero aunque sus habilidades cognitivas se encuentren intactas, es su físico el que ya no es el que era. Lillian padece esclerosis y en ocasiones necesita que le echen una mano (o lo necesitaría si realmente dejara que alguien la ayudara).
"Su respuesta fue un sorbo largo y lento a su bebida. Ya sé que acabas de conocerla, pero mi jefa, por si no lo habías deducido todavía, es un genio."
Stephen Spotswood, Los muertos no mienten
Puede que fuera ese el motivo que la llevó a contratar a Willowjean como ayudante. Will es una joven con la que tuvo un encuentro fortuito de esos que marcan una relación para siempre. Aunque en ese momento se encontraba empleada en un circo, no puede despreciar la oportunidad que Pentecost le ofrece y se despedirá de todo lo que conoce para emprender la aventura de convertirse en la ayudante de la detective más laureada de la ciudad.
Aunque Will, que es la narradora, nos va a contar mucho más sobre cómo se conocieron las protagonistas, son detalles que dejo que descubráis vosotros cuando leáis esta novela.
La noche de Halloween se celebra una fiesta en la mansión Collins. La fiesta transcurre como cabe esperar, entre disfraces más o menos acertados, alcohol y hasta un pequeño espectáculo de la mano de una médium muy particular. Será un poco más tarde cuando el humo alerte a los invitados de que se ha desatado un incendio en el estudio privado del difunto señor Collins. La puerta está cerrada desde dentro y resulta casi imposible acceder, pero cuando lo hacen encuentran el cadáver de Abigail Collins y ninguna pista de qué ha ocurrido o quién ha podido asesinarla.
"La señora P frunció el ceño. No le gustaba tener agujeros en la biografía de una víctima. La experiencia le había enseñado que es ahí donde a los asesinos les gusta esconderse."
Stephen Spotswood, Los muertos no mienten
Mientras la policía parece estancada ante el misterio que plantea este clásico asesinato a puerta cerrada, la familia recurrirá a la detective Pentecost con la esperanza de que ella encuentre al responsable de la muerte de la viuda Collins. Y, aunque la detective es realmente brillante, este caso supone un verdadero desafío porque hay demasiados secretos y silencios en torno a la familia, que ya cuenta con una muerte inexplicable en su haber y de nuevo es golpeada por la tragedia.
El desarrollo de la trama es realmente adictivo. El autor hace buen uso de los tiempos y desvela poco a poco todo lo que queremos saber desde el principio. Acompañamos a las protagonistas en cada nuevo hallazgo y en cada enigma que se va sumando a los muchos con los que parte la historia. El misterio planteado, aunque clásico, es muy potente y la aparición de personajes nuevos a medida que avanzamos en la lectura nos proporciona nuevas fuentes de sospechas y teorías.
Me han encantado las protagonistas. Considero que es el punto fuerte de esta historia, que no funcionaría tan bien si no fuera por ellas. Las dos tienen personalidades fuertes y son realmente audaces, inteligentes y perspicaces. La relación entre ellas es una maravilla y he disfrutado mucho descubriendo cómo se van conociendo, ayudando y aprendiendo la una de la otra.
"Siempre habrá alguien dispuesto a derribarte a golpes. No les hagas el trabajo por anticipado."
Stephen Spotswood, Los muertos no mienten
Recomiendo mucho esta lectura a los amantes de la novela negra más clásica. También a los incondicionales de las novelas de Agatha Christie y de Arthur Conan Doyle. Pero además, Los muertos no mienten es una novela que va a disfrutar todo aquel apasionado de la literatura a quien le entretenga un buen misterio.
Stephen Spotswood es guionista, periodista y profesor. Como escritor, su obra se caracteriza por estar protagonizada por mujeres. Los muertos no mienten es la primera de sus obras que encontramos traducida al español gracias a EDICIONES B, Penguin Random House.
No hay comentarios:
Publicar un comentario