Dice de si mismo el propio Foenkinos que le obsesiona la fragilidad de las personas. Tal vez sea este el motivo por el que lectores de todo el mundo se ven como en un espejo en sus novelas a pesar de tratar temas que pueden resultarle distantes o retrate personajes que en principio no se parezcan a ellos. Y es que es la vulnerabilidad del ser humano ese punto de contacto entre las personas que los hace a todos más próximos.
En La familia Martin, un escritor que se encuentra inmerso en un bloqueo decide que su próxima novela la protagonizará la primera persona que encuentre cuando baje a la calle. A pesar de que creer que de alguna forma está haciendo trampa, porque hay alguien a quien espera encontrar en primer lugar y que le genera curiosidad conocer, no resultará el experimento como esperaba y será Madeleine Tricot, una anciana, la que se cruce en su camino.
Para su proyecto, el escritor necesita conocer la vida de la mujer, que deberá ser el argumento de la novela que escriba después y es así como empieza a conocerla, a descubrir los capítulos que más la han marcado, un amor de juventud perdido sin explicación, su matrimonio, la viudedad... Será Valérie, hija mayor de Madeleine la que dará un vuelco a la idea del escritor exigiendo que para contar la vida de su madre debe incluir además la de su propia familia. Así es como la familia Martin irrumpe en la historia.
Valérie, su marido, su hija y su hijo se convierten en el resto del reparto de la novela de Foenkinos. Cada uno en su propio papel forman parte con mayor o menor predisposición de la historia que este autor pretende contar con ellos como protagonistas. Una familia encabezada por un matrimonio que agoniza en la rutina, con una esposa hastiada y un marido tan hundido en conflictos laborales como para prestar atención a nada más, dos adolescentes que supondrán un reto para el autor por lo complejo de aproximarse a ellos, más reacios a participar en el proyecto y el misterio del primer amor de Madeleine, que conformará uno de los pilares fundamentales de la novela.
Pinceladas de la vida del propio escritor narrador, en las que se adivina un fracaso sentimental, ofrecen una ventana a una falsa realidad por la que adivinamos mucho del propio Foenkinos y serán el telón de fondo de un relato en el que la ficción se perfila como más auténtica que cualquier otra cosa. La familia Martin se convierte así en un grupo de personajes que cobran sentido y hasta casi se materializan a medida que avanza el lector a través de su historia.
Foenkinos narra esta novela valiéndose de ese escritor protagonista que cuenta los hechos en primera persona. Un relato que abraza lo cotidiano y le otorga ese toque personal que hace de sus novelas relatos de una estética cuidada con la que atrapa al lector por la belleza de su forma y lo convence por lo visceral del trasfondo. La familia Martin, inspirada en las historias de las personas a las que el propio Foenkinos entrevistó, supone un golpe de realidad para el lector adornada con una pizca de optimismo. La justa para resultar verosímil, suficiente para no convertir el relato en un drama contemporáneo aún habiendo incluido temas tan sensibles como la soledad en la vejez, el peso de las oportunidades perdidas o la monotonía que termina por entumecer al matrimonio.
Foenkinos logra de nuevo, con La familia Martin, enamorar al lector. Le regala una novela que anida dentro de otra, le habla de la inspiración y de cómo canalizarla. De lo costoso del oficio de escritor y de la búsqueda de una historia. Crea un novelista que debe lidiar con personajes reales a los que no puede manipular y de los que no es dueño. El devenir de la historia quedará sellado por el propio devenir de la familia y la intriga de cómo se resolverán los conflictos y misterios planteados se va revelando ante los ojos del lector al tiempo que lo harán para el narrador, todo manejado por un Foenkinos que, como un experto titiritero mueve los hilos de todos tras el telón.
David Foenkinos (1974) es un escritor francés cuyas obras han sido traducidas a más de 40 idiomas. Licenciado en Letras por la Sorbona, además de escritor tiene formación como músico de jazz. Su novela La delicadeza (2009) fue merecedora de diez importantes galardones y finalista de premios tan importantes como el Goncourt, el Renaudot, el Médicis, el Femina o el Interallié. Además fue llevada al cine por él mismo junto a su hermano. Publicados por Alfaguara encontraréis también los títulos Charlotte (2018), La biblioteca de los libros rechazados (2017) que también fue llevada al cine, Hacia la belleza (2019) y Dos hermanas (2020).
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