Ana trabaja en el departamento de Recursos Humanos de una gran empresa. Si bien cursó estudios de psicología y además destacó en su promoción, no ejerce. Además, su apellido tiene peso propio y su madre es una profesional muy reconocida que ha trabajado muy duro hasta conseguir dirigir su gabinete junto con otra socia.
"Creo que estás preparada para asumir este encargo, que sin duda es mucho menos doloroso que los encargos a los que sueles hacer frente en ese trabajo que tanto detestas y que tan escondidas deja tus cualidades y capacidades".
María Gómez, Odio en las manos
La madre de Ana se marcha de forma inesperada. Se despide de su hija a través de un correo electrónico en el que no le da muchas explicaciones sobre el por qué de esta partida apresurada, pero sí que se entrevé en sus palabras la necesidad de alejarse para recuperarse de algún tipo de malestar emocional y este viaje a la India espera que le sirva de terapia. Pero lo que realmente perturba a Ana es que en ese correo su madre le encomienda la tarea de encargarse de sus pacientes en su ausencia. Todo un reto para ella, que desde que terminó la carrera y sus prácticas no ha desarrollado funciones relacionadas con sus estudios.
La primera paciente a la que atiende es Rosario, una agente de la Policía Nacional que no tarda en descolocar a Ana. La revelación que hace al amparo de la privacidad de la consulta, coge por sorpresa a la protagonista que, incapaz de reaccionar como hubiera querido, en ese momento no hace un análisis demasiado profesional de la situación.
"Una calma tensa inundó la consulta. Su tono agresivo-pasivo me inquietaba y esas cinco palabras contundentes seguían retumbando en las paredes, con el eco de la rabia, la ira y la desesperación. Sus ojos se habían pintado se sentencia y los míos seguían clavados en el arma que reposaba en su cadera izquierda, enfundada y anclada a un cinturón robusto".
María Gómez, Odio en las manos
Desde ese momento, Ana se debate entre mantener el secreto profesional o ir a denunciar lo que parece una seria amenaza contra la vida de alguien; ¿de la propia paciente? ¿De alguien más? Las palabras de Rosario dejan entrever que hay más de una persona en peligro, pero Ana no sabe si su poca experiencia le está jugando una mala pasada o si realmente debería dar parte de lo que le ha revelado su paciente.
La narración se mueve en varios tiempos. A medida que se desarrolla la historia principal, con Rosario y lo que a su alrededor ocurre a partir de su visita a la consulta de Ana como eje, conocemos qué llevó a la protagonista a estudiar Psicología, algunas vivencias de su infancia que marcaron sus decisiones en la edad adulta y algunos episodios a lo largo de su vida que, si bien en un principio parecen no tener gran relevancia, más tarde comprenderemos que conocer todo esto es fundamental para entender el personaje de Ana.
"No podía dejar de pensar en los motivos que llevarían a una persona educada, amable, inteligente y con una alta capacidad de seducción a convertirse en un monstruo".
María Gómez, Odio en las manos
La aparición del subinspector Miguel Ángel Gaona y la investigación que arranca a raíz de los acontecimientos que tienen lugar después de la conversación entre Ana y Rosario, confieren a la novela del carácter policíaco justo para enmarcarla dentro del género. Odio en las manos plantea un misterio en el inicio que resuelve dejando al lector satisfecho al responder a todas las preguntas. Las vivencias de la protagonista y su experiencia durante las prácticas de la carrera, denotan un gran trabajo por parte de la autora, que nos perfila el trabajo de los profesionales a cargo de la terapia psicológica en entornos realmente complejos.
No os doy más detalles de la historia porque todo lo que rodea la historia de Rosario y de la propia Ana, conforma un gran misterio que es el punto fuerte de esta novela. Y la autora ha sabido gestionar muy bien el enigma, que se desgrana poco a poco hasta llegar al final, donde se descubre toda la verdad.
Muy recomendada para los amantes de los thrillers. Especialmente para los que disfrutan de la vertiente psicológica. Porque en Odio en las manos hay mucha psicología, tanto en lo referente a las personas al límite por vivir una situación personal extrema, como por quienes se dedican a tratar a estas personas.
Impecable el trabajo de María Gómez en esta primera novela. Periodista y presentadora de televisión, cuenta con una trayectoria de más de diez años en medios nacionales como Cadena SER, RNE, LOS40, TVE, Mediaset o La Sexta. Podéis seguirla en Instagram.
No hay comentarios:
Publicar un comentario