Cuando Scott se da cuenta de lo que está ocurriendo ya es demasiado tarde. Encerrado en la prisión y habiendo permanecido en aislamiento, no ha podido enterarse de la batalla que se estaba librando fuera. Se encuentra con la realidad sin haber tenido tiempo de prepararse y debe echar mano de su instinto de supervivencia desde el primer momento para lograr salir con vida, primero de la cárcel y luego de cada uno de los enfrentamientos que le esperan fuera.
"Pero el tiempo y la crueldad del brote habían relegado esas promesas a un polvoriento embuste, y ahora los gritos mudos de las víctimas retumbaban agonizantes en el silencio que invadía el refugio, convertido en un insulto nacional que provocaba la náusea."
J. Vega, Primigenia
No lo hará solo. A Scott le acompañan tres compañeros de su módulo y otras dos reclusas y, aunque forman un equipo dispar y con muchas diferencias, deberán aprender a confiar los unos en los otros si quieren seguir con vida. Las calles son un campo de batalla y están plagadas de peligros. Los más evidentes son los infectados, personas que han sido contaminadas con algún tipo de toxina fruto de un ataque bioterrorista y que se han convertido en depredadores. Algunos de ellos son rápidos, otros no tanto, pero tal vez los más peligrosos sean los que ellos terminan llamando alfas, que son capaces de idear planes, de comunicarse con las hordas y de llevar a cabo complejas estrategias con fines macabros. Otro tipo de peligro es el que suponen las personas sanas que, movidas por la desesperación o al amparo de la ausencia total de fuerzas del orden, anteponen su propia supervivencia a cualquier otra cosa.
El viaje que debe emprender Scott para encontrar a su hija Amanda, coloca al lector en el centro de la acción y lo sumerge en una trama trepidante con amenazas a cada vuelta de página. La historia que presenta J. Vega da una vuelta de tuerca al género, con un abanico de muertos vivientes que se vuelven aterradores cuanto más sabemos de ellos.
"Los monstruos son de carne y hueso, no hace falta que nos imaginemos cosas peores."
J. Vega, Primigenia
La historia se reserva muchas sorpresas para el final, manteniendo la tensión y atando cabos hasta la última página. Si bien el final da pie a una continuación, abriendo subtramas y ampliando el universo creado para la narración, la línea principal queda zanjada. Los personajes son sólidos y presentan unas personalidades tan contrastadas entre sí que el ambiente a lo largo de la novela se tiñe de pinceladas de ironía e intercambio de bromas en una situación de tensión permanente.
Recomendada para los amantes del género que siempre están a la caza de algo nuevo a lo que hincarle el diente. Primigenia ofrece todo lo que se espera de la literatura zombi, muertos vivientes y supervivencia en un escenario postapocalíptico, con un buen puñado de nuevas ideas.
J. Vega nació en Madrid en 1990 y ha desarrollado su actividad profesional al margen de la literatura. Es Licenciado en Administración y Dirección de Empresas y Primigenia es su primera obra publicada. Podéis seguirle en Instagram.
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