miércoles, 17 de febrero de 2021

SIN PUNTOS SUSPENSIVOS | R. G. Berriel

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En Sin puntos suspensivos no vais a encontrar edulcoradas relaciones románticas idílicas en las que no hay espacio para el dolor, el egoísmo, la cobardía, las malas decisiones o incluso el desamor. La historia de Edgar es una de esas historias cualquiera que, contada como la cuenta R. G. Berriel se convierte en un relato crudo pero de personajes tangibles y un desarrollo que se precipita en lo que parece una narración pausada pero con una inercia imparable hacia el final. 

Edgar hace un recorrido por su vida y, principalmente, por las relaciones amorosas que la han marcado de una u otra manera. Desde aquella poco ortodoxa primera vez con una mujer de la que después se enamoraría, pasando por un considerable número de experiencias que permanecen en su memoria... con más o menos brillo. 

"Yo, desarmado, asentí con la cabeza; aun sabiendo que, con esa frase, comienzan todas las historias de amor que tienen un final atroz."
R. G. Berriel, Sin puntos suspensivos

Asistimos al comienzo de una relación en la que intuimos que el protagonista pondrá más de lo que él mismo quisiera, convirtiéndose en una gran historia de amor que comienza casi con la promesa de un final trágico. Vamos a esperar a lo largo de todo el recorrido para saber qué ocurre finalmente con Elis, que además encarna el eje central de la trama, alrededor de la cual brotan los recuerdos del protagonista y conoceremos el resto de historias.

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Si la gran historia de amor la encarna Elis, no es la única persona que marcará la vida de Edgar. La amistad de Eva va a ser mucho más importante de lo que vamos intuyendo a lo largo de la novela y nos llevaremos más de una sorpresa gracias a este personaje que, conociendo tan bien a Edgar como él mismo, le sirve de pilar en el que apoyarse cuando las cosas van realmente mal. Ambos se buscan mutuamente con este fin y la amistad entre ellos es de las que resisten ante la adversidad cuando todo lo demás se desmorona

La muerte de su mejor amigo, coloca a Edgar frente a lo inevitable del duelo. Él, que siempre ha reaccionado con entereza ante la pérdida, se siente asolado por la repentina desaparición de alguien que ha formado parte de su vida desde hace tanto tiempo y con quien ha compartido prácticamente de todo. Además, como consecuencia de este suceso descubrirá otro hecho que le pondrá en una difícil posición. 

"Quizás te invada un aire de tristeza, de melancolía; pero siempre se está bien cuando se hace lo correcto."
R. G Berriel, Sin puntos suspensivos

La relación con Eliette es de esas que nos gusta pensar que son rarezas cuando en realidad son más comunes de lo que nos gusta reconocer. Ella representa la pasión sin compromisos pero sí con infinita confianza que, ausente de complicaciones se desliza a lo largo del tiempo y aporta conocimientos y experiencias vitales al protagonista. 

Sin puntos suspensivos está escrita con destreza. Logra poner al lector en el lugar de un personaje de edad avanzada con unas experiencias vitales que pueden quedarnos muy alejadas de las propias pero con las que vamos a empatizar desde el inicio. Consigue Berriel que conozcamos lo mejor y lo peor de Edgar y que además lo hagamos desde una posición privilegiada gracias a la narración en primera persona de una novela basada en recuerdos que, ordenados con mucho acierto, nos hacen viajar a lo largo de la vida del protagonista. Las frecuentes referencias literarias y musicales que incluye el autor son regalos para los lectores que, como yo, disfruten de estas píldoras.

Podéis encontrar aquí la novela tanto en formato digital como en físico. Además, os invito a seguir a R. G. Berriel en su perfil de Instagram


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